dc.description.abstract | Reproduce la conferencia del autor expuesta en la Conferencia de Higiene Rural, en México, en noviembre de 1938.
El autor expuso sobre el seguro de enfermedad de los trabajadores agrícolas, la contribución del seguro de enfermedad a la realización de una asistencia médica rural eficaz, los principios de la colaboración entre el seguro de enfermedad y los servicios públicos de higiene, y, finalmente, los campos y modalidades de colaboración.
Explica que el seguro de enfermedad en su formación comprendía a los trabajadores de la industria y del comercio, exceptuándose a los de la agricultura. La omisión de éstos se basó en las dificultades para abarcarlos por la diseminación de los grupos rurales, en la carencia de comunicaciones, en los bajos salarios, en el sentido patriarcal de las relaciones de los trabajadores con los dueños de las tierras, en la duración ininterrumpida y por largos años de los contratos de trabajo, y, en cierta medida, en la presunción de que las personas que trabajaban en el campo disfrutaban de mejor salud y estaban menos expuestas a las enfermedades que las ocupadas en las ciudades.
Estos argumentos quizá fueron válidos en décadas anteriores, pero no en la época en que se escribió esta disertación, cuando la técnica estaba venciendo dificultades de organización complejas y las condiciones de vida y de trabajo en el medio rural, que antes pudieron parecer mejor logradas en el medio rural, habían desaparecido. Las distancias fueron vencidas por la accesibilidad de los caminos nuevos y la abundancia de medios de transporte; las relaciones patriarcales entre propietarios y labradores fue reemplazada por la delimitación precisa de patronos y obreros; la duración de los contratos de trabajo disminuyó como consecuencia de la mediación de terceras personas, la mecanización y motorización de los cultivos. Las faenas de cultivo cambiaron su antigua forma apacible por un trabajo intenso que fatigaba y deprimía.
De otro lado, encuestas y estadísticas demostraron que, a la inversa de lo que se presumía, se propagaban las enfermedades en el medio rural con semejante o mayor virulencia que en el medio urbano, ya que las deficiencias de alimentación, vivienda e higiene, así como la precaria disposición de asistencia médica y de equipos sanitarios, agravaban sobre todo a las enfermedades infecciosas y las denominadas sociales.
Ninguna razón justificaba, por ende, la exclusión de los trabajadores agrícolas de los beneficios del seguro de enfermedad, desde que, por su predisposición ambiental al riesgo, por su cuantía mayoritaria y por su acentuada inferioridad, integraban el sector débil por excelencia del agregado social.
Los servicios rurales del seguro exigían su adecuación a las condiciones típicas regionales, tanto en la disposición de recursos médicos y de equipo sanitario, como en la ubicación de los asegurados. Después de examinar estos factores, la Caja Nacional de Seguro Social del Perú organizó sus servicios rurales con un plan que proporcionaba servicios de diagnóstico y tratamiento médico, disponiendo recursos terapéuticos y de hospitalización.
Finalmente, señala que la colaboración entre los servicios públicos de higiene y los servicios del seguro extiende sus horizontes cuando se ejercita en los medios rurales. Su labor es entonces más fecunda, su significado más hondo y las vidas que salva más numerosas. | es_PE |