dc.description.abstract | Ensayo que plantea algunos de los aspectos del problema del menor abandonado y sugiere la forma como puede actuar la colectividad para conducir a la solución.
Señala que entre las clases pobres es donde se manifiestan con más frecuencia los casos de desamparo moral o material de menores. Los factores determinantes del abandono que funcionan en este país, como en todos los países del orbe contemporáneo, son la falta de cultura, la miseria, la promiscuidad proveniente del hacinamiento de la vivienda, la débil constitución familiar, el trabajo prematuro, la instrucción incipiente y la falta de control de los instintos sexuales que aparecen en la pubertad.
El autor considera que esos factores son producto de la civilización porque se generan con ella y su eliminación es un problema social que está bastante postergado en el Perú, porque si bien la política social del gobierno y del sector privado llevan hacia una mejor atención del menor en estado de abandono, es indispensable la cooperación activa de todo el organismo social, comenzando con formar una sólida conciencia sobre la seriedad del problema y la firme decisión de asumir una actitud distinta frente al menor.
Analiza el abandono familiar del menor, la mendicidad callejera y la deformación de la caridad, el trabajo prematuro, la vivienda estrecha e insalubre, los asilos, la influencia del maestro y el médico.
Si bien la sociedad constantemente se queja por la persistencia del mal, poco suele hacer para remediarlo. Sólo ocasionales comentarios de la prensa, algunos intentos de obras privadas de protección y defensa del menor, que rara vez llevan más allá del objeto de reunir unas cuantas personas de buena voluntad.
Un estudio hecho en Argentina sobre la protección de la infancia abandonada tuvo estas desoladoras conclusiones: 1° indiferencia social; 2° desorientación y desconocimiento de la naturaleza del problema; 3° falta de coordinación social en las obras de protección a la infancia; y 4° concepto erróneo con que se ejerce la asistencia social de la infancia. El problema de la delincuencia y de la asistencia de los menores no es u n problema de simple caridad, la sociedad no hace un favor al menor pobre o abandonado al protegerlo, en realidad cumple con un deber, y en este sentido, la sociedad o las personas que hacen asistencia social, no deben olvidar que éste es un problema técnico.
La manifestación social del hecho tiene muchas veces sus orígenes e n motivaciones que sólo pueden establecerse mediante el estudio de la personalidad, cuestión que se vincula íntimamente con la Fisiología y la Sicología. En los menores en falta debe distinguirse el tipo social del tipo patológico, no todas las situaciones de desviación de menores deben imputarse a deficiencias de la organización social; pero, la calificación no está al alcance simple y fácil de la buena voluntad ni pretender reducir la cuestión a simple problema policial.
Concluye que primero se requiere determinar la amplitud y caracteres del problema, esto quiere decir que es indispensable proceder a una determinación del panorama con un diagnóstico social y la ejecución de esa labor debe estar en manos de profesionales del tipo y calidad de la Visitadoras Sociales. Considera que la organización de la Escuela de Servicio Social garantiza la capacidad de sus egresadas para desempeñar la labor sugerida y dar las pautas de un remedio eficaz. | es_PE |