El problema agrario peruano: datos y orientaciones generales para un programa nacional de política agraria
Date
1940-02Author(s)
Ugarte, Carlos Antonio
Caja Nacional de Seguro Social
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Show full item recordAbstract
Presenta la tesis del autor para obtener el doctorado de ciencias políticas, que estudia
el problema agrario peruano, incluyendo datos y orientaciones generales para un
programa nacional capaz de resolverlo. En esta tercera parte se transcriben el cuarto
capítulo de la tesis que analiza las reformas agrarias en la práctica en el mundo y el
quinto capítulo que expone orientaciones de un plan nacional de reformas agrarias.
El autor señala que en los capítulos anteriores hemos visto que la doctrina del
impuesto único y la doctrina de la nacionalización de la tierra pretendían llegar, aunque
por caminos diferentes, al aprovechamiento por la sociedad entera de la renta
diferencial y de la renta especulativa de la tierra, que en ese momento sólo beneficiaba
a unos pocos privilegiados. Mientras que la doctrina de la democratización de la
propiedad se contenta con la repartición de la tierra entre el mayor número posible de
personas porque, inspirada, en el fondo, en principios individualistas, no quiere alterar
radicalmente el régimen actual de la propiedad.
Por eso en el cuarto capítulo analiza cuál ha sido el éxito con que se han aplicado en
la práctica esos tres sistemas y si hay entre ellos verdadera incompatibilidad. Revisa:
las aplicaciones prácticas del impuesto progresivo sobre la renta; la nacionalización de
la tierra en Australia y Nueva Zelandia; la nacionalización de la tierra en Estonia; la
movilización de la propiedad y del crédito territorial; la protección directa de la pequeña
propiedad; la cooperación agrícola; la cuestión agraria en Rusia; y la cuestión agraria
en México.
Este estudio de las reformas agrarias más importantes aplicadas en diferentes países
demuestra la imposibilidad de gobernar con ideas abstractas. En Rusia fracasó el
colectivismo agrario ante el instinto de propiedad arraigado, en Irlanda - dice Rusell-
que los 500,000 propietarios rurales echarían plomo líquido a quienes pretendieran
nacionalizar sus tierras, las tierras por las cuales soportaron trabajos y luchas sin
cuento. En cambio, en Australia y Nueva Zelandia la nacionalización fue un éxito, y en
Estonia prometía buenos resultados. El impuesto progresivo sobre la renta territorial
dio magníficos resultados en Inglaterra y en varios otros países.
Esta multiplicidad de las reformas agrarias revela que no hay verdadera contradicción
entre las diferentes doctrinas agrarias, pero el problema agrario, como todo problema
social, nace de la vida real y se funda no sólo en datos ideológicos y en inspiraciones
sentimentales sino también en factores económicos y políticos. Sus condiciones varían
en cada país y en cada región, y el remedio, por tanto, hay que buscarlo atendiendo a
las condiciones del medio y del momento. Es un problema de política práctica.
Esas conclusiones del capítulo cuarto dan al autor el criterio y las orientaciones
cardinales para resolver el problema agrario peruano y plantea en el capítulo quinto el
programa de reformas agrarias que convendría a nuestro país.
Finalmente, afirma que un programa de política agraria comprende no sólo problemas
relativos a la organización de la propiedad agraria y trabajo rural, sino también la
organización el crédito y del consumo, obras de irrigación, de desmonte y desecación
de tierras, vialidad e inmigración. Entre los problemas uno de los más importantes es
el del indio, que necesita tutela jurídica de protección contra los abusos y educación
para elevar su nivel de vida.
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- 1940 [85]