Prevención y Asistencia de la Locura
Date
1941-03Author(s)
Sal y Rosas, Federico
Caja Nacional de Seguro Social
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Show full item recordAbstract
En esta disertación el autor hace una revisión breve y rápida de las orientaciones actuales de la lucha contra las enfermedades mentales y de sus principales líneas e instrumentos de acción, en sus dos grandes aspectos: la asistencia y la prevención.
Se reconoce que los principios y motivos de la lucha contra las enfermedades mentales son los siguientes: 1° La enfermedad mental es curable; 2° La enfermedad mental es evitable; 3° Las enfermedades mentales significan pérdida económico-social colectiva cuantiosa; 4° La vida moderna, cada vez más intensa e inquietante, origina una mayor vulnerabilidad del hombre frente a los múltiples factores que determinan la enfermedad mental; 5° El papel social del desarrollo de la Neuro-psiquiatría.
La lucha contra las enfermedades mentales tiene dos aspectos que aquí se exponen: 1° Asistencia, es decir la acción en el sentido de custodia, curación, restitución; y 2° Profilaxia e Higiene mentales, acción de prevención, de preservación y de educación.
Señala que la acción terapéutica de la asistencia tiene como características el tratamiento activo, individualizado, especializado y precoz, cualidades que se explican brevemente en este artículo. El tratamiento especializado ha conducido a multiplicar las líneas de acción terapéutica y a crear nuevos organismos de función cada vez más diferenciada, aquí se exponen los siguientes: el dispensario, hospital y clínicas, establecimientos para crónicos, sanatorio para los neurópatas y toxicómanos, servicio social psiquiátrico, y los institutos médico-pedagógicos para niños atrasados y anormales. Estos últimos centros de corrección, de readaptación y de educación y sobre todo un fin profiláctico, y por esto se describen en el segundo capítulo.
Sobre la profilaxis e higiene mental, indica dos direcciones en el terreno práctico: 1. La prevención terapéutica, que tiene por objeto anular la enfermedad en su comienzo y evitar su desarrollo y cronicidad; 2. La prevención con la enseñanza de higiene mental al colectivo.
Concluye que frente al problema de la locura se impone una nueva actitud. Señala que resulta un verdadero anacronismo seguir pensando que la asistencia mental se reduce a guardar locos en el manicomio y que la locura no es incurable; se la trata en breve plazo y con tanto o mayor éxito que otras enfermedades. Además, se puede evitar su desarrollo porque se conoce sus causas. Ese siglo podía calificarse como la etapa del tratamiento activo y de la prevención.
En nuestro país cientos de personas se beneficiaron con los nuevos métodos de tratamiento mental que los médicos del Hospital Larco Herrera estaban aplicando desde hacía varios años. Pero se necesitaban medios, es decir locales e instrumental moderno para incrementar esta acción y extender sus beneficios a todos los núcleos sociales y pueblos del Perú. La locura es un problema social; y por consiguiente su remedio exigía medidas de carácter social. La colectividad toda podía y debía colaborar en esta obra de verdadera salvación pública: los gobernantes proporcionando el apoyo legal y económico; y el público en general, prestando el concurso de que fueran capaces y apoyando moralmente la obra. La enfermedad mental cobraba día a día mayor extensión y profundidad en la vida moderna. Su solución no era un asunto banal o de segundo plano; ni siquiera una cuestión sentimental y filantrópica. La solución del problema de la locura era una grave y apremiante necesidad pública ligada al porvenir de la raza y al progreso y bienestar de la Nación.
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- 1941 [71]