La Casa del Niño de Buenos Aires
Abstract
Se describe La Casa del Niño de Buenos Aires, institución dedicada al cuidado de niños abandonados, que tenía varios años de funcionamiento en la Argentina.
Es un hogar para niños abandonados o de quienes sus padres han debido desprenderse por la imposibilidad de atenderlos o bien que han cometido pequeñas delincuencias. En cualquiera de los casos, la mayoría de estos niños son enviados a la Casa del Niño por el Tribunal de Menores.
La Casa del Niño ha abandonado el viejo prejuicio que consiste en creer que el grupo de los niños que alberga un asilo difiere constitucionalmente, en su totalidad, de los demás niños de la población, y que, en consecuencia, se justificaría el segregarlos de estos últimos a fin de impartirles una educación rudimentaria que importe una limitación en sus actividades culturales futuras. Por lo tanto, la institución ha renunciado a mantener una escuela intramuros, desplazando esta responsabilidad hacia la escuela primaria oficial, a la cual envía sus pupilos diariamente.
El sistema desde luego se resuelve en una economía notable de labor, de responsabilidades y de recursos económicos para la dirección de la Casa, y a la vez comporta un enriquecimiento considerable en el acervo educacional que esos niños recogen porque el contacto diario con los demás niños de la escuela pública, su participación, a través de ella, en la vida de la comunidad, restaura en sus vidas todo un mundo de influencias que quedan perdidos para el niño recluido en un asilo.
Treinta años de experiencia continuada han permitido a la Casa del Niño estructurar el sistema de vida, trabajo y estudio más conveniente para la pequeña comunidad que el “Hogar” representa. El sistema adoptado finalmente no sólo mantiene a los alumnos dentro de un compañerismo estrecho y en agradable armonía, robusteciendo así el sentimiento de hogar, base del sistema, sino que la eficaz colaboración en el manejo de la casa, y el criterio impuesto en acciones de justicia ofrecen un caudal valioso para crear su personalidad y fortalecer su carácter con deberes que importan una responsabilidad, venciendo el espíritu apocado natural en la mayoría de los niños que se sienten dominados por la creencia de una inferioridad que anula sus posibilidades en la vida.
La época en que este conjunto de jóvenes en proceso de educación adquiere más vitalidad, es en el verano, cuando todos ellos dejan temporariamente el hogar para instalarse en un campamento a orillas de uno de los lagos de Chacomús y a la sombra de añosos árboles.
Instituciones como la descrita, aunque bien someramente, son de una necesidad imprescindible como preventivas de la delincuencia y no es exagerado decir que en una ciudad más o menos populosa cada barrio debería poseer una o varias de ellas.
Finalmente comunica que se ha reunido un gran número de contribuyentes en torno de cada una de las cuatro Casas del Niño que funcionan en Buenos Aires y sus alrededores, mediante cuotas que en conjunto casi bastan para sostenerlas. De esta cooperación participan los estudiantes de colegios nacionales, escuelas normales, de comercio e industriales, a quienes, una vez por año se les habla en sus propios establecimientos, acerca del problema social que el niño abandonado plantea, solicitándose a la vez su interés académico, diríamos, en el mismo, y su interés personal en los chicos de la Casa.
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- 1941 [71]