dc.description.abstract | Se hace un análisis del coeficiente de omisión censal asignado en el Censo de 1940 y
el incremento de la población del Perú.
Señala que todo estudio serio sobre el crecimiento de la población del Perú,
particularmente para ser fundamentado en los principios y teorías de la Estadística-
Matemática, encuentra graves dificultades, algunas de ellas imposibles de salvar. La
anterior afirmación se basa en el hecho de que no obstante haberse realizado antes
de 1940 hasta cinco censos, según afirman algunos publicistas, sólo se conocen los
resultados oficiales de dos de ellos: uno efectuado en 1862 y otro en 1876, con la
circunstancia agravante de que los resultados del primero no fueron considerados para
ninguna comparación, al publicarse los resultados del segundo.
El Censo Nacional del 9 de junio de 1940 está distanciado del anterior en 64 años,
lapso demasiado extenso para establecer, con amplitud, respecto de aquel,
comparaciones y deducciones, ya que se desvirtúa todo principio lógico al pretender
vincular etapas tan alejadas a fenómenos específicos, máxime cuando en el primero
faltan muchos datos estadísticos.
Los resultados del Censo de 1876, contenidos en 7 volúmenes, acusan la población
de 2’699,106 habitantes para el Perú. Por haber sido aprobado por el gobierno de
aquella época, así como porque fue efectuado en mejores condiciones que el Censo
de 1862, constituye dicho recuento de la población del país la única operación
estadística de carácter nacional, a la que no obstante sus deficiencias, reconocidas
por el propio director del Censo, es posible referirse como punto de partida en el
estudio del crecimiento de la población del Perú.
Para mantener el rigor de los cálculos, en el curso del estudio comparativo, se ha
empleado tan sólo la cifra correspondiente a la población nominalmente censada
(6’207,961) para determinar la población total del territorio de la República, conforme
al Censo de 1940, es, técnicamente, admisible adicionar a dicha cifra la estimada de la
población selvática (350,000) y la del coeficiente departamental de omisión (465,144)
cuya totalización arroja: 7’023,111.
La revisión y el estudio de los resultados del Censo han puesto en evidencia que las
medidas de previsión y de control lograron comprobada eficacia, tanto en las zonas
urbanas como en las rurales. Pero, a pesar de todas las medidas de previsión puestas
en práctica es posible que un pequeño porcentaje de la población no haya sido
empadronado y era preciso adoptar el procedimiento más conveniente para la
determinación del coeficiente de omisión. Después de un documentado estudio, se
optó por aplicar la fórmula de la dispersión demográfica del científico francés
Démangeon que se explica en este artículo.
Concluye que la aplicación de los respectivos coeficientes adicionales y de los
departamentos obtenidos por la fórmula ya explicada, acusan la cifra de 465,144,
como la parte de la población del país que, por las anotadas razones, es posible que
haya dejado de ser empadronada. Comparada dicha cifra con la de la población
nominalmente censada de 6’207,967, se obtiene el 7,4927% como coeficiente nacional
de omisión censal, el que promedialmente considerado, se mantiene dentro de los
límites de ponderación técnica que cálculos de tal índole deben tener. | es_PE |