Por la salud del que Trabaja
Abstract
Se hace un breve análisis del significado de la prevención de la salud de los
trabajadores
Bernardino Ramazzini, el llamado con razón padre de la medicina del trabajo,
expresaba en el siglo 17, hace más de 200 años, que “Numerosas industrias
representan una fuente de daños para aquellos que las practican, y los desgraciados
obreros atacados por las peores enfermedades allí donde ellos creían ganar su
sustento y el de su familia, mueren maldiciendo su ingrata profesión".
Fue de tal manera una preocupación suya, no sólo el cuidado de la salud del obrero,
sino su sentido humanista y el profundo conocimiento que tenía de la medicina, de las
letras, de las artes, de la física, de la geología y tantas otras ramas afines del
conocimiento humano, que estudió, se prodigó y dio normas para la salud del artista,
del artesano especializado, del intelectual, del religioso, del príncipe, etc.
Es clásica su descripción de la presencia e inhalación de partículas en las hilanderías,
de los gases y venenos tóxicos, del exceso del trabajo sedentario; en fin, llegó a
sintetizar y a reconocer ya en esa época que existían 2 causas fundamentales que
ponían en peligro la salud del trabajador: La primera, a su juicio la más interesante, es
la que se relaciona con la mala calidad de los productos trabajados; la segunda, tan
importante como la primera, la relacionaba con los movimientos violentos y la posición
irracional necesarias para el trabajo. Y tras de esas dos características estableció
condiciones de prevención y de higiene que hoy mismo son enteramente adaptables
como si constituyeran un verdadero "código de bienestar" para el trabajo.
Condenó la falta de ventilación en los talleres, las temperaturas inadecuadas, muy
frías o muy calurosas, la presencia de elementos polvorientos en exceso; aconsejó
sistemas de captación de los polvos en su lugar de producción; recomendó el cambio
de tareas en los que sintieran los primeros síntomas de afecciones pulmonares o de
cualquier naturaleza en el curso de su trabajo; preconizó la necesidad de ejercicios
físicos y de cambio de posición en ciertas tareas pues estaba profundamente
convencido que muchas enfermedades eran favorecidas por la mala posición. Insistió
sobre la necesidad de proveer baños adecuados, en los establecimientos de trabajo.
Es quizás la Oficina Internacional del Trabajo la institución que más ha bregado por el
progreso de las mejoras legislativas de las condiciones de trabajo. Ahí se centralizaron
y de allí han partido las mejores y las más modernas concepciones de prevención e
higiene del trabajo. De acuerdo a las convenciones adoptadas, cada país ha
establecido sus reformas, en tal sentido cabe mencionar en la actualidad la limitación
de la duración de la jornada y su reducción en forma especial en determinadas
industrias consideradas peligrosas o insalubres. La prohibición, la prevención,
seguridad y selección a las mujeres y menores en industrias pesadas o nocivas.
Bienestar en el trabajo, un mínimo de comodidad y si es posible un cierto confort, dan
seguridad y confianza al que trabaja y lo acercan con gusto a su función de
colaborador en la industria.
Concluye que, en la puesta en marcha de las actividades de prevención, el industrial,
el obrero manual, el trabajador intelectual o el comercial, bajo la atenta mirada
inteligente y protectora del médico, deben marchar mancomunados en un ideal de
ascendente superación de vida y de humanidad.
Collections
- 1941 [71]