dc.description.abstract | Informa sobre las condiciones de vida y la alimentación de las personas del oriente peruano, su malnutrición y necesidades en servicios de protección social.
Explica que lo que interesa de un modo creciente es la importancia de la verdadera pobreza para la Salubridad, la relación recíproca entre salud mental y física de un lado, y bien o malestar social del otro. De esta correlación deriva la participación cada día más grande de la higiene pública en la técnica social moderna; en ella descansa el papel tan importante que las disposiciones asistenciales de toda clase desempeñan en el Servicio Social, que forma gran parte de la técnica social, la que es la coordinación de las múltiples actividades sociales en favor de un funcionamiento más suave, más eficaz, más sano del todo, la planificación democrática. El sociólogo, el economista, el político y el higienista coinciden: reajuste y saneamiento son los pedidos del día.
Señala que es de interés especial que la pobreza es inseparable de la mala salud y del analfabetismo. La mala salud provoca pobreza bajando la eficacia de los campesinos y obreros; la pobreza impide la alimentación adecuada del pueblo e induce a la mala salud. El analfabetismo es, al mismo tiempo, causa y efecto de la pobreza. No se puede aislar uno de estos tres aspectos de lo que esencialmente es un solo hecho.
Informa que el subconsumo, era muy acentuado en la Amazonía. Este subconsumo se refiere en primer lugar a la leche y a las verduras, también a la grasa, a los huevos, a la carne, exceptuando el pescado salado. Las crecientes fuertes del sistema fluvial y la interrupción de las comunicaciones, agravaban esta situación, peor en los pueblos importantes que en el campo, en las chacras, donde los pobladores comían lo que cazaban, pescaban y cultivaban, en contraste con el hombre de la ciudad que vivía de su salario.
En conclusión, asegura que no se podía pensar en transformar de golpe la condición humana actual, tal vez europeizándola. Sería absurdo. Era necesario comenzar por los fundamentos, atacar los males más peligrosos en primer lugar, alimentar a los niños y a las madres, purgar extensamente, extender la Asistencia Pública y hacer comprender; construir excusados y locales escolares. Aconseja luchar enseñando y ejemplificando, ocuparse de los niños y adolescentes; hacer escuela de vida eficaz. Todo el resto vendría por sí.
Indica que, en circunstancias tan primitivas de vida, la previsión social desempeñaría un papel triunfante, siempre y cuando se preocupara de adaptarse a la realidad, desarrollando de modo orgánico y continuo la condición humana, sin hacer saltos, sin malograr la voluntad del trabajo, al contrario, estimulando las actividades humanas, en el sentido de desenvolver el potencial productor y civilizador de la región. Por su propia fuerza el poblador actual no podía salir de la miseria. Tampoco tenía la preparación para adaptarse a instituciones y grupos, muy superiores en técnica y cooperación organizada. Por eso, una técnica social debía implantarse con mucha prudencia para desarrollar la región; y nada era más apropiado para introducirla que medidas médico-sociales que todo el mundo acepta y aprueba sin mayores resistencias y, con frecuencia, desde el principio con mucho gusto. Antes de pensar en industrializar había que ocuparse de la salud. La salud no es un regalo de la naturaleza sino un bien que hay que conquistar y defender. | es_PE |