dc.description.abstract | Explica la forma de explotación de la tierra en Arequipa, incluyendo información sobre la división de la campiña, extensión, cultivos, vialidad, propiedad agrícola, naturaleza y costo de los cultivos, rotación de cultivos, producción de leche y consideraciones sobre agricultores y patronos afectos al seguro social obligatorio.
Explica que, antes de entrar a estudiar la forma de aplicación del Seguro Social Obligatorio en Arequipa, considera conveniente precisar algunos datos, como los distritos en que está dividida la región y la subdivisión en pagos y acequias regadoras que hizo la Administración Técnica de Aguas de Regadío, lo que facilitó la confección del padrón de regantes.
La medida de superficie usada en Arequipa era el topo que equivalía a cinco mil varas cuadradas o 3,494 m2. La extensión de tierras aprovechables era de 37,742 topos, en los que se cultivaba de preferencia: cebollas, maíz, trigo, papas, ajos, viña y, muy preferentemente, alfalfa, por lo que, se le podía considerar como el mejor centro forrajero del sur del Perú, tanto por su abundancia como por su calidad, esto último, comprobado por la rápida inverna del ganado de beneficio como por el alto grado de grasa en la leche, debido a la inmejorable calidad del forraje.
La propiedad agrícola se hallaba muy subdividida, encontrándose un fuerte porcentaje de pequeños agricultores que conducían menos de diez topos de terrenos de cultivo. Para tener una idea exacta de la subdivisión de la propiedad, se confeccionó un cuadro (cuadro N°1) con el número de agricultores que conducían de un cuarto a medio topo, de medio a uno, de uno a tres, etc., hasta los que tenían más de cien. Aquí cabe anotar que muchos agricultores explotan terrenos en diferentes lugares, los que había que acumular para los efectos del cómputo total de salarios mensuales o anuales.
Señala que, para los efectos del control agrícola, juega papel importante la naturaleza del cultivo, ya que ella difiere en los costos y como consecuencia también los jornales, pues así tenemos que los invertidos en el cultivo del maíz son mayores que en el trigo. Luego debe tenerse en cuenta la declaración del agricultor, en cuanto lo sembrado y lo por sembrar, para los cálculos de los salarios invertidos en el año agrícola y por lo menos vigilar al conductor cada seis meses, o sea en las épocas de siembra y cosecha, a fin de que no burlen y falseen la verdad. Una de las dificultades que había que salvar con el agricultor, era que éste siempre declaraba que sus terrenos los dedicaba a alfalfa, en los que la mano de obra era baja; pero evidentemente a través de una vigilancia constante, se sabía qué extensiones eran de alfalfa y cuáles dedicó a otros cultivos, procediendo a verificársele en los libros de planillas de pago de salarios y en caso de no haberse llevado éste, se debía proceder a hacer los cálculos correspondientes y aplicar los jornales de acuerdo con la zona.
Finalmente, informa que el pequeño agricultor que conducía menos de diez topos, también se dedicaba a la producción de leche, y como consecuencia reflejaba un aumento de jornales en sus planillas de pago, los que forzosamente había que agregarlos a los gastos de cultivo, para las consideraciones de patrono afecto al seguro social, pues aparte de los obreros que se dedicaban a la labranza, que podían ser dos como promedio, tenían los que se consagraban al cuidado y ordeño del ganado lechero y cuyo número estaba en relación a la cantidad de vacas. Se incluye un cuadro demostrativo de la subdivisión de la propiedad agrícola y un croquis de vialidad de la campiña de la provincia de Arequipa. | es_PE |