dc.description.abstract | Informa sobre el tratamiento del paciente tuberculoso, según la experiencia obtenida en el Policlínico Obrero del Callao. Se expone brevemente la organización que ahí se tenía y los resultados obtenidos en un estudio efectuado sobre 534 obreros tuberculosos, cuyo control de labores y evolución de enfermedad estaba a cargo del policlínico desde hacía dos años.
Se explica la forma como se hacía el diagnóstico en enfermos ambulatorios, las normas que seguían para el tratamiento, el porcentaje de formas clínicas de tuberculosis encontradas y su porcentaje de altas correspondiente; y las condiciones en que rehabilitaban al enfermo.
En concepto del autor, uno de los objetivos de mayor importancia que debía resolver la lucha contra la tuberculosis en nuestro país era la reorganización del tratamiento ambulatorio y la rehabilitación oportuna del enfermo tuberculoso.
Explica a las autoridades sanitarias la enorme ventaja que se obtendría si a un gran porcentaje de tuberculosos se les pudiese tratar y controlar manteniéndolos en su centro de trabajo, desde luego sujetos a ciertas condiciones que pueden ser fijadas previamente. Debía tomarse en cuenta que el trabajo adecuado a las condiciones físicas del individuo fortifica el espíritu deprimido por la enfermedad de larga evolución y sería una ventaja para la salud del propio enfermo y de las necesidades económicas de su hogar, así como una ventaja epidemiológica en la organización de la Salud Pública, porque dando facilidades de vida al tuberculoso no contagiante y capacitado para trabajar, se podría evitar su deambulación por diferentes localidades del país, su mayor desgaste orgánico por tener que dedicarse obligatoriamente a ocupaciones inadecuadas e incontroladas, y sobre todo se podría controlar con eficacia la evolución de su afección y el estado de salud de su familia, que estaban expuestos al contagio.
De los 534 pacientes, se dieron de alta 234. De ellos sólo reingresaron 6 casos por motivo de su enfermedad. Uno, por no haber conseguido trabajo adecuado, cargaba sacos de cemento; dos por haber sufrido accidentes traumáticos en el tórax; uno por haber abandonado su pneumotórax prematuramente y dos por haber llevado una vida nocturna exagerada.
Concluye que, de acuerdo a la estadística presentada, las formas graves de tuberculosis pulmonar sólo llegaban a un 16,9%, y como estos casos no tenían rehabilitación era justo que a estos pacientes se les diera preferencia en el internamiento, no sólo con fines profilácticos, sino también porque en un hospital ellos tendrían mayores posibilidades de recuperación o de morir bien atendidos. Dado el porcentaje reducido de este tipo de pacientes, la urgencia de camas sería menos angustiosa, pues el internamiento sólo sería para intervenciones quirúrgicas o casos graves. También informa que, de acuerdo al estudio realizado, el centro de trabajo no era el lugar propicio para el contagio del trabajador, sino que el hogar del tuberculoso era el mayor responsable para el contagio y mantenimiento de la enfermedad y es aquí donde deberían actuar principalmente las autoridades sanitarias.
Asimismo, señala que sería conveniente que las autoridades sanitarias otorgasen certificados de capacitación para el desempeño de determinados trabajos, a todo enfermo de tuberculosis pulmonar que hubiese sido rehabilitado por el especialista. Estos certificados debían ser renovados cada dos meses. | es_PE |