dc.description.abstract | Informa sobre la política del gobierno, de mejorar y aumentar las viviendas para así robustecer la salud del pueblo, construyendo sucesivamente Grandes Unidades Vecinales y explica en qué consiste la labor de higiene mental que se plantea realizar en esta población, cuáles son sus alcances y cuál es la forma de llevarla a la práctica.
La Corporación Nacional de la Vivienda y el Fondo Nacional de Salud y Bienestar Social, son los organismos que construían en esos momentos, además de la Gran Unidad Vecinal Matute con capacidad para 6,000 pe1sonas (cuando esté terminada), el Centro Climático de Esparcimiento en Huampaní (Chaclacayo), donde se podría disfrutar de los beneficios del clima y el reposo, después de las labores cumplidas, previniendo así la fatiga y el agotamiento, que suceden después de trabajos prolongados.
Señala que una Gran Unidad Vecinal, con una colectividad por encima de las 5,000 almas, está bien dispuesta para poder objetivar en ella estudios de bio-estadística y medicina social, tal como se lleva a cabo en las colectividades modernas. Resulta cómodo controlar una población que sufre pocos cambios vegetativos y que, en pequeña área, hace fácil que los médicos y las visitadoras sociales tengan a su alcance sanos, enfermos y hogares, donde puedan verificar encuestas que tiendan a esclarecer el origen de muchas dolencias mentales.
La asistencia psiquiátrica había evolucionado considerablemente. Se disponía de un buen arsenal de procedimientos terapéuticos, que permitía detener la marcha de las neurosis o de las psicosis y proporcionar un alivio inmediato y en muchos casos la curación. Pero para ello se necesita también un diagnóstico precoz, reconocer la enfermedad desde sus primeras manifestaciones ostensibles. Aparte de la atención de esta clase de enfermos en servicios cerrados tipo hospital, es posible atender los primeros trastornos en los llamados "Dispensarios de Higiene Mental" verdaderas antenas para el despistaje de las lesiones incipientes.
El diagnóstico precoz y en la corrección psicopedagógica de los pequeños trastornos observables, los que dominados a tiempo evitarían mayores daños a la personalidad es la obra de un conjunto de trabajadores sociales: maestros de escuelas, visitadoras sociales, psicólogos y psiquiatras. No solamente adelantando el trabajo frente al paciente, sino divulgando los nuevos conceptos, realizando campañas de higiene mental para hacer conocer todos los factores que determinan la mengua en la personalidad.
Concluye, sintetizando los anteriores conceptos, que se puede decir que la construcción de viviendas no sólo da solución a un angustioso problema económico-social, sino mejora la higiene urbana individual. Pero es necesario, también atender a la salud psicológica de las colectividades, tal como lo hacen los países adelantados. Un Dispensario de Higiene Mental, anexo a una Posta Sanitaria, prestaría útiles servicios en ese sentido. Condicionaría en la infancia, la buena formación de la personalidad y la adecuaría a las exigencias de la vida real. Realizaría medicina preventiva, empleando métodos modernos para los desórdenes mentales. Ayudaría a los jóvenes en el duro trance de elegir una profesión, evitando así elecciones frustradas, germen de muchos desequilibrios. Instituiría tratamientos ambulatorios en personas que hagan reacciones psíquicas anormales. Determinaría índices de incidencia de determinadas enfermedades mentales, sirviendo de guion para una estadística más amplia. Se darían consejos para una buena educación psicosexual, para readaptar la personalidad (labor terapia; ludoterapia); psicoterapia de grupo, charlas, etc. | es_PE |