dc.description.abstract | Analiza la situación social del indio en Bolivia, que seguía siendo objeto de discriminación por parte del blanco. Revisa lo que el indio es y significa y las condiciones de vida en que se desenvolvía en ese tiempo, mostrando un documento irrefutable: la realidad.
Señala que políticos, sociólogos, antropólogos, escritores, etc., se ocuparon en todo tiempo, unos más que otros, de lo que se dio en llamar "problema del indio"; pero ese afán por resolver tal problema nunca fue sincero, según lo prueban los resultados; no pasó más allá de la simple especulación literaria, pues lo cierto es que, desde la fundación de la república el "problema" sigue planteado sin la más remota posibilidad de solución, aunque este modo de pensar parezca pesimista frente a la obra abierta, franca y a todas luces pro-indígena que estaba realizando el gobierno en ese momento que se redactó el artículo. Pero la obra gubernamental estaba comenzando y hasta que se obtuvieran los resultados que perseguía, la situación general ·del indio, sustancialmente, no dejaba de ser la misma.
Por lo pronto la obra gubernamental era vasta y positiva: nacionalización de minas, reforma agraria, reforma educacional, voto universal, reforma militar, participación directa del indio en los negocios del gobierno (algunos ministros, alcaldes y funcionarios jerárquicos eran auténticos representantes del indio proletarizado) y proletarización del trabajador indígena. Pero había que tener presente que el Gobierno no es el pueblo. La población que no era india no era partidaria de esa política gubernamental indigenista. Convencional y exteriormente, quizá; pero íntimamente y por convicción, no; porque las leyes no pueden destruir sentimientos.
Explica que el “problema del indio” era un espejismo, el verdadero problema estaba planteado sobre una premisa distinta: la irreductibilidad de la actitud del blanco con respecto al indio, ya que, en realidad, como dijo certeramente el crítico Carlos Medinacelli, "no es el indio el problema para el blanco, sino éste para aquél, porque siendo una minoría, en vez de gobernarle le explota, le rechaza en vez de comprenderle, en lugar de darle las oportunidades que él goza, las monopoliza y le margina, y para justificar esta actitud, acaba convirtiéndolo en un problema grave y complejo", sin darse cuenta de que, efectivamente, él es el problema. Por razones de comodidad expositiva, se designa con el término "blanco", considerando éste en sentido cultural, al mestizo auténtico, al blancoide, al mestizo bajo o cholo y al extranjero.
Esa supuesta superioridad del blanco, que en él es convicción, levantó una barrera de prejuicios, difícil de franquear por el indio, en torno a su sociedad, propia de una estructura estamental: estructuración de la sociedad según privilegios específicos y actividades atribuidas por los que tienen la titularidad de la denominación. Esa era la realidad boliviana. En vez de existir comunidad había una estructura de tipo estamental y no había comunidad por la sencilla razón de que el patrimonio cultural, material, y espiritual no existía como propiedad de cada uno de los miembros del grupo; era exclusivo del blanco.
Finalmente, el autor dice que no cree ni en las virtudes ni en los defectos del indio, ni en su inteligencia ni en su estupidez; puede ser un genio como puede ser una nulidad, es tan vulgar como el blanco, el negro o el amarillo; no tiene nada de extraordinario ni nada de despreciable. Pero cree y promueve que se le debe tratar como lo que es: una persona, un ser humano. | es_PE |