El Alcoholismo: problema médco-social

Abstract

Analiza el problema del alcoholismo en el Perú como problema médico y social, así como la reglamentación y deficiencias de la Ley N°12996.

Explica que el estudio del alcoholismo, desde los puntos de vista antropológico y sociológico, han variado sustancialmente el concepto que de él se tenía. Hoy el alcoholismo no se considera como una tara, como un vicio o como una lacra social. El alcohólico es considerado como un enfermo, uno de cuyos síntomas y el más saltante es su alcoholismo. Esta concepción médico-científica ha destruido los falsos conceptos que durante años se habían acumulado confundiendo el alcoholismo con la embriaguez, sosteniendo que era hereditario, de que era un asunto de orden moral y que se adoptasen medidas punitivas para su control.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el alcoholismo es toda ingestión de alcohol que excede del consumo normal alimenticio tradicional y corriente, o que por su extensión sobrepasa los límites de las costumbres sociales propias de la colectividad respectiva, sean cuales fueran los factores etiológicos, herencia, constitución física o las influencias fisiopatológicas y metabólicas adquiridas. Alcohólicos son aquellos que beben con exceso y que dependen del alcohol, al grado de provocar una alteración mental evidente, o de interferir en su salud física y mental, sus relaciones interpersonales y su buena conducta social; y que por lo tanto requieren tratamiento.

Afirma que el alcoholismo constituye una enfermedad social, porque su generalización tiene repercusiones hondas sobre el equilibrio moral y material de los pueblos. Es una enfermedad social porque engendra en la colectividad un cuadro mórbido especial con su patogenia, su sintomatología y su fisiopatología, llamada alcoholismo colectivo, bien diferente del alcoholismo individual. Esta enfermedad especial de la sociedad tiene también una terapéutica especial; es la medicina social del alcoholismo

Señala que, en nuestro país no se podía aún obtener una cooperación eficiente en la mayoría de los individuos, por la falta de una amplia educación sanitaria. Había aún mucha ignorancia, muchas supersticiones, muchas resistencias e intereses creados. Pero mientras una paciente labor de educación genere en todos los individuos, una conciencia sanitaria, se puede y se debe contar al menos con el concurso de los núcleos e instituciones representativos del progreso de la vida social.

Las asociaciones patronales, los centros de cultura, las sociedades comerciales, los sindicatos obreros, los grupos filántropos y humanitarios, que por representar el principio de asociación eran en sí mismos una expresión de solidaridad y adelanto social estaban obligados a colocarse a la vanguardia de todas las campañas que se realizaran en defensa del capital humano de la nación.

También analiza la desnutrición de nuestra raza indígena, que, debida al alcoholismo, constituía un problema sumamente grave.

Finalmente, se incluyen varios cuadros estadísticos del consumo de cerveza y del alcohol por departamentos durante el año 1957, así como la extensión en metros cuadrados del cultivo de la caña dedicada a la elaboración de alcohol. Mediante estos cuadros se podrá apreciar el tremendo problema médico-social que representa la intensificación del alcoholismo en nuestra población; así como la enorme extensión de tierras de cultivo dedicadas a fines no alimenticios.