Prolongando la vida
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Date
1937-11Author(s)
Hoxmark, Guillermo
Caja Nacional de Seguro Social
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Informa sobre las últimas investigaciones de la época, que ayudarían a elevar el promedio de
vida. En una asamblea celebrada en Chicago, donde se reunieron cientos de personalidades de
la ciencia y la industria, se expusieron los progresos en la ciencia y los adelantos previstos para
futuras generaciones como la extinción de las enfermedades infecciosas y la elevación del
promedio de vida hasta los 70 años.
Los médicos C. y W. Mayo, de la clínica del mismo nombre, y Morris Fishbein, director del
American Medical Journal, declararon que mediante nuevos descubrimientos dentro de la
medicina y con la disminución de la mortalidad infantil, sería posible un promedio de vida
como el citado.
Algunas investigaciones sobre la longevidad de generaciones pasadas arrojaron resultados
sorprendentes, como el caso de los griegos que tenían una media de vida de 29 años, por las
deplorables condiciones de sanidad y lo rudimentario de su medicina. En general, en el mundo
no hubo mayores progresos en higiene hasta el siglo 19, época en que se elevó el promedio de
vida hasta los 35 años. En el año de redacción del artículo el promedio de vida en América del
Norte era de 57 años, un aumento de 22 años que demuestra los adelantos de la medicina y
condiciones de vida.
Informa que el descubrimiento de las vitaminas ha tenido gran importancia y sus efectos eran
estudiados por investigadores en todo el mundo, entre esos efectos se destaca la influencia de
las vitaminas sobre la dentadura y que la calidad y clases de comestibles ejercen funciones
importantes en el crecimiento y conservación de las construcciones óseas. El Dr. Herbert M.
Evans estudiaba la influencia de la vitamina E en la reproducción.
Investigadores, como el Dr. Leopold Ruzicka, estaban estudiando el efecto de la androsterona
para conservar el vigor y apariencia de la juventud. Los investigadores deseaban producir
extractos glandulares sintéticos para preservar la apariencia de la juventud y mantener la
perdurabilidad de la especie.
Por otro lado, el Dr. George W. Crile, de Estados Unidos, llegó a la convicción de que el
apresuramiento con el que se vive pude llevar a la extinción. Decía que el peligro se debe a la
estimulación frecuente y poderosa de las glándulas tiroides y adrenales al cerebro y los
nervios, y que bajo las condiciones modernas los órganos del sistema kinético tienden a
desarrollarse demasiado y ser hipersensitivos. El Dr. Crile opinaba que esta aflicción afectaba
mayormente a los individuos muy desarrollados mentalmente y que esta aflicción podría ser
contrarrestada con una operación de las glándulas adrenales. Físicos ingleses decían que las
emociones dependían de la glándula pituitaria, que se conocían casos de personas con
tumores en la región del mando central indiferentes a emociones y que se podría tener
soldados, operados convenientemente, privados por completo de reacciones emotivas, como
máquinas destructoras del futuro.
Finalmente, reflexiona que con un mayor conocimiento de los efectos que pueden tener la
aplicación local de varios rayos sobre las glándulas, la sangre y el cuerpo humano en general,
junto con una alimentación adecuada y con vitaminas científicamente controladas,
probablemente el término medio de vida aumente constantemente y las generaciones futuras
puedan disfrutar de energías y sentimientos propios de la juventud hasta edades que entonces
se consideraban muy avanzadas.
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