Enfermedades profesionales en la industria textil: sus causas y su profilaxis
Date
1938-03Author(s)
Ruiz Hurtado, Enrique
Caja Nacional de Seguro Social
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Artículo extraído de la Revista de Trabajo de México. Informa que la industria textil había tenido notables modificaciones tecnológicas en los años cercanos a la edición del artículo, que trajo como consecuencia una mejoría notable en las condiciones higiénicas de los centros de trabajo, pero existían algunos factores de riesgo de enfermedades que eran: Polvo, aire húmedo caliente, mala iluminación y ventilación.
Explica que el polvo que se encuentra en la industria textil es de naturaleza variable según la materia prima que emplee, en México lo que más se trabajaba era el algodón y al examinar los polvos que se desprendían en las diversas manipulaciones fabriles se encontró que se distinguían dos clases de polvo: pequeños copos de algodón y finas partículas de arena.
El padecimiento que ocasionaba el polvo de algodón en los trabajadores lleva el nombre de bisinosis. Cuando los obreros afectados de bisinosis dejaban de trabajar oportunamente, el padecimiento llegaba a desaparecer completamente, siempre que no estuviera complicado de tuberculosis, cosa que era bastante frecuente. Por lo que respecta al polvo de lana, indica que era menos perjudicial para la salud d e los trabajadores, salvo e n los casos en que no había sido desinfectada y contenía esporas carbonosas. La industria de la seda no tenía problemas de polvos. La industria del yute estaba poco extendida en México, el henequén se trabajaba mucho en Yucatán, pero propiamente lo que allí se hacía no era industria de hilados, sino explotación agrícola de planta. Estas industrias eran muy polvosas, pero únicamente producían padecimientos banales del aparato respiratorio. El polvo de lino contiene 53% de silicatos en su fibra, sin embargo no resultaba perjudicial para la salud de los obreros por tratarse de silicatos insolubles.
Se indica que la profilaxis de los padecimientos ocasionados por los polvos debía recaer tanto en la disminución del polvo en el ambiente, como en la protección directa del trabajador. Se recomienda la disminución del polvo por dos medios principales: captación en el lugar de producción, con captadores automáticos de las cardas, por ejemplo, y trabajo en ambiente cerrado. La principal protección del trabajador consistía en el uso de mascarillas adecuadas. Se explican los detalles de las mascarillas.
Asimismo, se dan recomendaciones para la protección del trabajador contra los efectos del aire húmedo caliente, la mala iluminación, ventilación inadecuada y el ruido. La exposición continua al aire húmedo caliente, cuando no provoca accidentes graves como golpe de calor, hipertensión, dilatación aguda cardíaca, coma o la muerte; acarrea trastornos crónicos como disnea de esfuerzo, laxitud, irritabilidad nerviosa, opresión, etc.
También se mencionan costumbres dañinas para la salud como la posición de pie prolongada que ocasiona várices o congestiones pélvicas, así como las posiciones viciosas ocasionadas por la estatura de los obreros y la altura standard de las máquinas que utilizan en el trabajo.
Finalmente, se indica que la higiene personal de los obreros debía ser cuidadosamente vigilada, exigiéndose el baño diario obligatorio en las secciones polvorosas, en la de apresto y en las tintorerías y se destaca la importancia del uso de la ropa de trabajo.
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- 1938 [119]