Frecuencia de la tuberculosis en las regiones rurales
Date
1938-07Author(s)
Cumming, Hugh S.
Caja Nacional de Seguro Social
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Artículo presentado al Comité Permanente de la Oficina Internacional de Higiene Pública, en su
sesión de octubre de 1937, sobre información y datos estadísticos de la tuberculosis en los
Estados Unidos.
Las estadísticas de que se disponía indicaban que la frecuencia de la tuberculosis e n los
Estados Unidos era menor en las regiones rurales que en las zonas urbanas.
Sobre la mortalidad, las estadísticas de la Oficina del Censo de Estados Unidos, se establecían
según el lugar de la defunción, y no según el lugar de residencia. Investigadores demostraron
que las declaraciones hechas en estas condiciones no daban una imagen fiel de la tendencia de
la mortalidad en las regiones urbanas y rurales. La corrección relativa al lugar de residencia de
los fallecimientos disminuyó el coeficiente de mortalidad rural y aumentó el de la mortalidad
urbana. Se ha demostrado que, según la corrección del lugar de residencia, el coeficiente de la
mortalidad rural para el estado de New York era en realidad dos tercios de la mortalidad
registrada, mientras que el de la mortalidad urbana por tuberculosis era superior en 18% al
coeficiente de la mortalidad registrada. Para obtener una corrección perfecta, era
indispensable, no solamente que los habitantes de la ciudad que morían en los campos
estuvieran clasificados entre los fallecidos urbanos, sino también que los habitantes de las
comarcas rurales fallecidos en las ciudades estuvieran inscritos en el grupo rural.
El coeficiente de la mortalidad urbana declinó mucho más rápidamente que el de la mortalidad
rural. No se propone ninguna interpretación de los resultados de esta comparación, pero
indirectamente se sugiere que el descenso más rápido del coeficiente de la mortalidad urbana
fue producido por el progreso constante de los métodos de profilaxis de la tuberculosis en las
ciudades.
La Oficina del Censo, apreciando la importancia del registro de las defunciones en el lugar de
residencia, se estaba esforzando para compilar las estadísticas de tuberculosis sobre esa base.
Sin embargo, no se habían hecho públicas las cifras, porque se creía que todavía no estaban
suficientemente depuradas para permitir su publicación. Muchos Estados adoptaron la
práctica de registrar separadamente las defunciones de los habitantes de las ciudades y de los
campos.
De otro lado, el porcentaje de los resultados positivos a la prueba de la tuberculina entre los
grupos de población urbana y rural de edad comparable serviría como indicación de la
frecuencia de la tuberculosis en las dos regiones. Por ejemplo, se encontró que la frecuencia
de la infección tuberculosa en las escuelas superiores fue de 20% en las regiones rurales y de
35 a 40% en las regiones urbanas.
Finalmente, indica que probablemente sería necesario modificar los objetivos de los
programas de profilaxis antituberculosa, a medida que vaya disminuyendo la mortalidad y se
debía prestar atención a los problemas específicos. Los estudios demostraron que la tendencia
descendente de la mortalidad en las regiones rurales no fue tan marcada como en las regiones
urbanas, si la tendencia continuaba las áreas rurales tendrían el grado más alto de mortalidad
y constituirían la zona en que el problema quedaría por resolver. Si los mejores programas de
profilaxis fueron un factor en el descenso más rápido del coeficiente de la mortalidad urbana,
se considera lógico admitir que se deberían establecer en las regiones rurales programas de
profilaxis más adecuados.
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